"En octubre de 1907 se extrajo una mandíbula humana
enterrada a 24 m. de profundidad en una gravera situada junto al río Neckar,
en un pueblecito llamado Mauer, al SE de Heidelberg (Alemania).
La gravera estaba formada por depósitos dejados por el río
en la época glacial (anterior a la última glaciación de Würm),
por lo que quedaba demostrada la gran antigüedad de aquel resto humano,
considerado por entonces como el más antiguo de Europa.
La estratigrafía le asignó una antigüedad de 300.000 a 400.000 años,
que corresponde al periodo interglacial Günz-Mindel.
Fué estudiada y descrita por Schoettensack
Fué estudiada y descrita por Schoettensack
que la consideró como especie nueva y le dió el nombre de Homo heidelbergensis.
Lo más notable de esta mandíbula son sus dimensiones,
su robustez y que es excepcionalmente maciza.
No hay indicios de mentón en ella y las coronas de los dientes
No hay indicios de mentón en ella y las coronas de los dientes
que conserva aún en los alvéolos son relativamente pequeñas.
Sin embargo, las raíces conservan su gran tamaño y divergencia,
signos primitivos como los del Sinántropos.
La rama ascendente es muy baja y tan ancha que recuerda a un Neanderthal.
La mandíbula, a pesar de sus proporciones, es la de un Homínido,
La mandíbula, a pesar de sus proporciones, es la de un Homínido,
y los dientes aunque evolucionados conservan aún rasgos primitivos.
Los caninos son como los de los humanos actuales,
y la muela del juicio o cordal es más pequeña que el segundo molar,
rasgo evidentemente humano.
No hay diastemas. Hay fuerte abrasión en los molares. Hay taurodontismo moderado.
El arco dental tiene forma de U, lo que es un rasgo primitivo".
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Prehistoria
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