19 junio 2015

II Merikare


"[...] Imita a tus padres y a tus antepasados...
Mira, sus palabras quedaron fijadas en libros.
Abre, lee y copia su sabiduría.
El que es enseñado se convierte en un experto.
No seas malvado; la clemencia es buena.
Haz tu monumento duradero por amor a ti.
Multiplica al pueblo, enriquece a la ciudad.
El dios será adorado por tus donaciones...
Pide por tu felicidad; ruega por tu salud...
Respeta a los nobles; ten a salvo a tu pueblo.
Fortalece tus fronteras y tus guardias fronterizas.
Es bueno trabajar para el futuro.
La vida del clarividente es respetada
mientras que el confiado siempre será un sufridor.
Haz que la gente se te acerque gracias a tu buen carácter.
Es un vil el que ambiciona la tierra del vecino,
un ignorante el que anhela lo que otros poseen.
La vida en la tierra pasa. No es larga.
Afortunado aquel de quien se guarda recuerdo.

[...] Quien es bueno vive para siempre.
El que viene con Osiris puede marchar,
al igual que el que abandona al complaciente consigo mismo.
Engrandece a tus nobles, para que ellos sigan tus leyes.
Aquel que es rico en su casa no se mostrará parcial;
es un señor de bienes el que de nada carece.
En cambio el hombre pobre no habla de acuerdo con su verdad;
no actúa correctamente quien dice: "¡Ojalá yo tuviera!";
se muestra parcial con el que ama;
se inclina ante el señor de sus sobornos.
Grande es el grande cuyos grandes son grandes.
Es fuerte el rey que tiene cortesanos;
aquel que es rico en nobles es bien estimado.
Di la verdad en tu casa para que te respeten los nobles de la tierra,
porque la rectitud le cuadra bien a un soberano.
El frente de una casa es el que inspira el temor a la parte posterior.

Practica la justicia y perdurarás sobre la tierra.
Apacigua al que llora; no oprimas a la viuda;
no apartes a un hombre de las posesio­nes de su padre.
No dañes a los nobles en sus posesiones.
Guárdate de castigar equivocadamente.
No mates, pues eso no te ha de ser de provecho;
castiga con golpes y con la prisión.
Gracias a ello esta tierra estará en orden,
excepto el rebelde, cuyos planes serán descubiertos,
pues el dios conoce a los traidores
y golpea sus críme­nes en sangre.
Él es misericordioso... la vida.
No mates a un hombre cuyas cualidades conoces,
aquel con quien cantaste las escrituras...,
uno que marchaba con libertad en el lugar de los secretos.
El Ba llega al lugar que conoce;
no se extravía de su camino de ayer;
no puede oponérsele ningún tipo de magia,
y llega hasta aquellos que le dan el agua.

Sobre el tribunal que juzga a los miserables,
sabes que ellos no son benignos en el día de juzgar al malvado,
en la hora de cumplir con su tarea.
Es terrible que el acusador sea un hombre de conoci­miento.

No pongas tu confianza en la duración de los años,
pues ellos ven el tiempo de la vida como una hora.
El hombre puede per­manecer tras la muerte,
pues sus acciones se colocan junto a él como un tesoro,
y la existencia allí es eterna.
Estúpido es quien hace que los jueces se irriten.
Y respecto al que llega a ellos sin haber cometido faltas,
quedará allí como un dios, yendo libremente,
como los señores, eternamente.

Recluta a tus jóvenes y la Residencia te amará.
Multiplica tus par­tidarios entre los que te rodean.
Mira, en tu ciudad se incrementa la gente [...]
Engrandece a tus nobles; promueve a tus soldados;
enriquece a los jóvenes que te siguen.
Provee con bienes; dota con campos; recom­pensa con ganado.
No distingas entre el hijo de un hombre poderoso y un plebeyo.
Toma al hombre según sus habilidades; todas las artes prosperarán.
Protege tu frontera; erige tus fortalezas.
La tropa es provechosa para su señor.
Haz hermosos tus monumentos para el dios;
éste hace vivir el nombre del que lo hace.
El hombre ha de ha­cer lo que es beneficioso para su Ba.
En el servicio sacerdotal men­sual lleva sandalias blancas;
visita el templo; sé discreto con los secre­tos;
entra en el santuario y come pan en el templo.
Provee espléndi­damente la mesa de ofrendas;
incrementa las provisiones y multiplica las ofrendas cotidianas.
Ello es provechoso para quien lo hace.
Pro­vee tus monumentos de acuerdo con tu riqueza,
pues incluso un solo día puede aportar para la eternidad,
incluso una hora puede contri­buir al futuro.
El dios reconoce a quien hace para él...

[...] Sé, pues, por ello, mi­sericordioso... Renueva los tratados.
No hay corriente que se oculte a sí misma.
Es bueno trabajar para el futuro [...]
He ac­tuado igual que los antepasados.
Si alguien no tiene el grano que debe dar, sé amable,
porque ellos son débiles ante ti.
Sacíate con tu pan y tu cerveza.
El granito llega a ti sin impedimentos;
no dañes los monumentos de otro.

[...] Mira, un rey es un señor de alegría.
Relájate y duerme en tu po­der.
Sigue a tu corazón [...]
Un heredero miserable sería mi desgracia.

Además debe de­cirse esto acerca del extranjero:
mira, el vil asiático es un miserable a causa del lugar en que se halla.
Tiene problemas con el agua, dificultades con los árboles;
sus caminos son múltiples y malos a causa de las montañas.
No habita en un único lugar... Combate desde el tiempo de Horus.
Ni conquista, ni tampoco es conquistado.
No anun­cia el día del combate,
como un ladrón que se precipita hacia los conspiradores.
[...] No te sientas turbado por su causa,
pues el asiático es como un cocodrilo en su orilla. 
Saquea en un ca­mino solitario,
mas nada puede arrebatar de una ciudad de nutrida población.
[...] Una ciu­dad populosa es un apoyo al corazón.
Guárdate de estar rodeado de enemigos.
La precaución renueva los años.
[...] El nombre de un hombre no ha de empequeñecerse
por lo que ha he­cho, y una ciudad asentada no recibirá daño.
Construye pues fortalezas para ti,
porque el enemigo ama la destrucción y las accio­nes miserables.
[...] No desates tus brazos. El que se rebela contra ti injuria al cielo.
Un monumento es próspero por cien años.
Si el enemigo comprendiera se abstendría de dañarlo.
No hay nadie que esté libre de enemigos.
El Señor de las Dos Orillas es un sabio.
El rey, señor de cortesa­nos, no puede ser ignorante.
Ya era sabio cuando salió del vientre.
El dios lo ha distinguido frente a un millón de hombres.
La realeza es una hermosa función;
no tiene hijo, no tiene hermano que mantenga su monumento.
Es un individuo sólo quien puede ennoblecer a otro.
El hombre debe actuar para el que fue antes que él,
de forma que quede preservado lo que hizo por el otro que le sucede.
[...] No aprovecha al hombre res­taurar lo que él ha destruido,
arreglar lo que él había mutilado. Guár­date de ello.
Un golpe es pagado con su igual.
Todo lo que se hace trae consecuencias.
Una generación sucede a otra generación de hombres,
y el dios, que conoce su carácter, se ha escondido.

¡Gobernada está la humanidad, el ganado del dios!
Él ha hecho el cielo y la tierra para su deseo;
él ha reprimido la voracidad de las aguas.
Él ha creado el aliento de vida para que vivan sus nari­ces.
Ellos son imágenes suyas que han salido de su carne.
Él brilla en el cielo para sus corazones.
Ha creado las plantas para ellos, el ganado, las aves y los peces.
Ha matado a sus enemigos;
ha aniquilado a sus hijos, porque pensaban en hacer rebelión.
Para sus corazones hizo la luz; navega para verlos.
Ha levantado una capilla alrededor de ellos. Escucha si lloran.
Ha creado para ellos gobernan­tes, desde el huevo,
comandantes que se alzarán en el dorso del dé­bil.
Para ellos ha creado magia,
como armas para reprimir el impacto de los acontecimientos,
vigilando sobre ellos tanto de día como de noche.
Ha matado a los traidores que había entre ellos,
como golpea un hombre a su hijo a causa de su hermano.
El dios conoce a todos los hombres.

No descuides mis palabras,
que proporcionan todas las normas concernientes a la realeza,
que te instruyen para que puedas alzarte como un hombre,
y para que puedas alcanzarme sin que nadie te acuse.
No mates a alguien que esté próximo a ti, a quien hayas favo­recido;
el dios le conoce. Él es uno de los afortunados sobre la tierra.
Divinos son aquellos que siguen al rey.
Haz que seas amado por to­dos los hombres; un buen carácter se recuerda...
Que seas llamado "Aquel que acabó con un tiempo de sufrimiento"
por aquellos que vendrán después en la Casa de Jety,
justo de voz, pensando en lo que hoy ha acontecido.
Mira, te he comunicado lo más excelente de mi pensamiento.
Actúa según lo que se ha establecido ante ti".


Enseñanzas para Merikare
[Primer Periodo Intermedio,
dinastía X, hacia 2050 a.c.]
Historia Antigua



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