09 junio 2015
II Sumer
"Sumer estaba cubierto de extensos pantanos
llenos de cañaverales exuberantes,
interrumpidos por áridos bancos de fango y arena
e inundado periódicamente por las crecidas.
Por tortuosos canales entre los cañaverales,
las aguas fangosas fluían perezosamente hacia el mar.
Pero en las aguas pululaban los peces,
los bosquecillos de cañas estaban llenos
de volátiles salvajes, jabalíes y otros animales,
y en cada porción de tierra firme crecían palmeras datileras
que todos los años brindaban una cosecha
de frutos nutritivos con los que se podía contar.
[...] Si se controlaba y canalizaba el flujo de las aguas,
se desecaban los pantanos y se regaban los bancos áridos,
la maleza se convertía en un jardín del Edén.
El terreno era tan fértil que no resultaba imposible
un rendimiento del ciento por uno [...].
Aquí los campesinos podían producir con facilidad un excedente
con respecto a sus necesidades domésticas [...].
Los artesanos, los braceros y los trabajadores de los transportes
podían ser "voluntarios" movidos por el entusiasmo religioso.
Pero si nadie les pagaba por su trabajo,
por lo menos tenían que comer todo el tiempo.
Debía existir un excedente de víveres para su manutención.
Lo proporcionaba la fertilidad del suelo,
que daba al agricultor mucho más de lo que éste podía consumir.
Pero el hecho de que se gastara para hacer templos
sugiere lo que confirman unos testimonios posteriores,
que unos "dioses" lo concentraban
y lo ponían a disposición de sus sirvientes trabajadores.
[...] Como los dioses eran ficciones, debían tener representantes reales,
en particular sus sirvientes especializados [...].
Probablemente ya en el IV milenio estos sirvientes
habían asumido la provechosa tarea de administrar
las posesiones de los dioses y dirigir los trabajos
con los que se gastaba el excedente de su riqueza".
V. Gordon Childe
[reflexión editada en 1942]
Historia Antigua
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