28 noviembre 2015

II Sumer (2)


"¡Oh, Sumer, gran país entre los países del universo.
Siempre henchido de luz constante, tú que, de Levante a Poniente,
repartes las leyes divinas a todos los pueblos!
¡Tus leyes divinas son leyes gloriosas, inaccesibles!
¡Tu corazón es profundo, insondable!
¡La verdadera sabiduría que tú aportas..., como el cielo, es intocable!
¡El Rey a quien tú das la vida ostenta la diadema inmortal!,
¡El Señor a quien tú das la vida se corona para siempre!
Tu Señor es un Señor venerable;
junto con An, el Rey, ocupa su lugar en el celeste Estrado.
Tu Rey es el «Gran Monte», el Padre Enlil...
Los anunnakis, los Grandes Dioses,
En tu casa han fijado su morada.
En tus extensos bosques consumen su alimento.
¡Oh, mansión de Sumer, que tus establos sean numerosos,
que tus vacas se multipliquen,
Que sean numerosos tus apriscos,
que tus carneros se cuenten por miríadas...!
¡Que tus templos inconmovibles eleven las manos hasta el cielo!
¡Que en tu mansión los anunnakis decidan los destinos!".


Mito sumerio, probablemente más antiguo que 3000 años a.c.
Historia Antigua




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