Como señalé en anteriores entregas, hace escasas noticias,
va terminando 2015, y quiero aprovechar algunos días de diciembre,
su último mes, para denunciar gráficamente, una y mil veces más,
que hace justo un siglo y un año comenzó la primera guerra mundial,
es decir, una incalificable masacre ordenada bajo oscuros fines
y por siniestros altos mandatarios, en muchos casos primos hermanos,
que exterminó a millones y millones de personas, básicamente soldados,
hombres veinteañeros en general de Europa y en Europa.
Para ello me estoy sirviendo de imágenes propiedad de la biblioteca fotográfica
del Imperial War Museum, recopiladas magistralmente por el autor
J.H.J. Andriessen en su obra "I Guerra Mundial en imágenes".
En este último caso quiero mostrar cómo un símbolo de la paz, la paloma blanca,
incluso ella, fue también utilizada de herramienta para perfeccionar el terror,
puesto que a falta entonces de mejores medios tecnológicos,
sirvió a los tanques para comunicarse con sus puestos de mando.
Historia Contemporánea
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